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sábado, 14 de agosto de 2010

Orquesta Escuela de Chascomús: cuando la música es el camino

(*) Cuando uno de los chicos de la Escuela Municipal N° 3 del barrio El Hueco, en las afueras de Chascomús, abre el estuche, saca el violín, se lo coloca con una naturalidad pasmosa entre el hombro y el mentón, y le sonríe a su maestra esperando la primera indicación, frases como "música e integración" o "la música como instrumento de promoción social" dejan de ser sesudos pensamientos de escritorio para transformase en una realidad concreta y esperanzadora.
El origen del proyecto está relacionado con el Sistema Nacional de Orquestas venezolano, creado por José Antonio Abreu.
En los 35 años que tiene, El Sistema (así se lo conoce) ha ido creciendo y expandiéndose en distintas ciudades de América latina y hace seis llegó a la Argentina de la mano de María Valeria Atela, una chascomunense que sin tener ninguna referencia de lo que sucedía en Venezuela creó en 1998 la Orquesta-Escuela de Chascomús.
Por entonces, con apenas 20 años, Valeria se había recibido de profesora de piano en el conservatorio local y con pocas ganas de dedicarse sólo a la docencia, decidió seguir estudiando musicología. Fue en la facultad que un profesor la empujó (casi literalmente) a que conociera el Programa Nacional de Orquestas Juveniles con la idea de impulsarlo en su ciudad natal.
Al principio Valeria no estaba muy convencida, pero de golpe se encontró con que podía contar con unas aulas del Conservatorio, con que le habían sido asignados sueldos para cuatro docentes y que cuando se sentó frente al representante de la empresa concesionaria de la ruta 2 para pedirle ayuda le dijo que sí, que podía disponer del dinero como para comprar los primeros instrumentos.
Ella misma no salía de su asombro pero la sorpresa no la inmovilizó, ni la asustó; al contrario, la llevó a emprender un proyecto que comenzó con 30 alumnos y que hoy tiene 550 que se distribuyen en los siete "núcleos de aprendizaje" que funcionan en distintas escuelas de Chascomús y en la sede que le prestan las Hermanas Rosarinas (que pronto podrán dejar para trasladarse a la propia, en plena construcción).
"La idea era funcionar en cada barrio para asegurar la asistencia de los chicos ya que para la mayoría de ellos trasladarse al centro es un problema, por eso siempre insistí en que las propias escuelas eran el mejor lugar para concentrarlos", explica Valeria uno de los elementos definitivos que la acercaron a Abreu.
En 2004, el Mozarteum propició un encuentro entre el venezolano y la chascomunense, ya que Abreu andaba en busca de orquestas que pudiesen replicar el modelo venezolano y se encontró con que la de Chascomús tenía las mismas bases que él había construido tantos años antes. Así fue que la relación entre ambos creció a tal punto que los viajes a Venezuela para formar docentes multiplicadores (alumnos avanzados que se transforman en maestros) se tornaron periódicos. Hoy el modelo de la Orquesta-Escuela de Chascomús se multiplica en otras ciudades de Jujuy y de Salta, y es seguido de cerca por más de 50 orquestas infanto-juvenil de todo el país que reúnen a unos 5000 niños.
Con sólo escucharlos tocar en una práctica de los sábados y mirarles las caras de satisfacción se entiende por qué son modelo.


Fuente, nota de Verónica Pagés, en La Nación, Argentina (www.lanacion.com.ar)

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