Buscar en este blog

martes, 20 de julio de 2010

Dejá Vu, cómo volver a la buena fusión cubana


(Por Santiago Masetti*) Dejá Vu es un interesante grupo de fusión compuesto por cinco jóvenes músicos, que al ritmo de un particular reggae, saben, inteligentemente, fusionar ritmos cubanos, africanos, el son, la bossa y el jazz, entre otros.
La banda esta integrada por Yamil Reyes en la voz, la dirección y la composición; Alejandro González en el bajo; Alberto Roque en la batería; Miguel Comas con la guitarra y Michel Fusté en la percusión menor y tumbadoras.
Dejá Vu proviene de una expresión francesa que significa “ya visto”. El concepto describe la experiencia de sentir que ya se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. El investigador francés Emile Boirac fue el responsable de acuñar el término, allá por el año 1800.
Los músicos cubanos eligieron ese nombre debido a la aparición de los integrantes de esta banda en video clips televisivos, representando a otras agrupaciones. El público y los televidentes tendrían la experiencia de verlos juntos en este proyecto musical.

Todo un Dejá Vu
En un edificio del barrio de Nuevo Vedado, en la ciudad de La Habana, este grupo tiene su particular sala de ensayo. La habitación escogida para semejante empresa no mide más de dos metros y medio por tres; del techo cuelga un trípode con un micrófono ruso, que es capaz de grabar hasta el movimiento de una hormiga. Allí también se encuentran la batería, las tumbadoras, y un pequeño espacio para que casi milimétricamente quepan, parados, guitarrista, bajista, cantante, y una computadora.
Alejandro González recordó como surgió la idea de formar Dejá Vu: “Los antecedentes de la banda son diversos porque cada cual trabajaba en grupos diferentes, nosotros nos conocíamos de salir, de trabajar y vernos. Habíamos estado con diferentes agrupaciones y entonces surgió la idea de formar nuestra propia banda. Existía mucha diversidad de influencias, a cada cual le gusta un genero diferente, el reggae, el rock”.
Para Alberto Roque, el comienzo en el grupo fue bastante diferente, “yo no soy fundador de la banda pero ingresé a finales de 2008 - la agrupación nació en 2007 -; yo tocaba con Alejandro en un grupo de rock que se llamaba Red X, entonces me habló de tocar acá, porque no tenían baterista”.
Mientras dos ventiladores hacían su trabajo entre platillos, cables y maracas, el líder de la banda, Yamil Reyes, explicó que “Dejá Vu no es un grupo real de reggae, es un grupo de fusión, de fusión urbana. Me gusta decir fusión urbana porque es lo que hemos recogido cada quien de la calle; los únicos que han pasado por una escuela de música han sido Alberto y Miguel”.
En sus canciones, el reggae es el registro dominante, aunque no dudan en mezclarlo con la música cubana, africana, el ska y el rock. Concientes y orgullosos de pertenecer al Caribe, Dejá Vu se identifica con otras bandas de la región y con el famoso jamaiquino Bob Marley.
Reyes, quien es el encargado de componer las letras, afirmó: “Las canciones son vivencias personales, lo que me ha pasado a mí en el transcurso de mi vida musical, en el transcurso de mi vida conciente. Las letras son bastante pasionales, son letras más bien de amor, de historias de parejas, a veces nos salimos un poco del contexto de pareja y hacemos letras un tanto sociales”.
Y agregó: “Dejá Vu se mueve por todas las ramas del reggae, lo fusionamos con la música cubana, con el son, con la bossa, con el jazz, con el blues, con ritmos africanos. De cierta manera es una especie de mensaje, porque hoy el mundo esta envuelto en conflictos de territorios, de recursos naturales, en un millón de problemas, y me parece que hacer música del mundo es pedir por la concordia”.
En sus tres años y medio de vida artística, esta original banda de fusión ha actuado en festivales, conciertos individuales y presentaciones grupales.
El joven guitarrista Miguel Comas dijo que “al público le damos una sensación placentera, porque no lo agredimos, no los maltratamos, sino que tratamos de transmitirle que la vida tiene sentido y de que los problemas en algún momento se solucionaran”.
Michel Fusté es el encargado de hacer que las tumbadoras reciten sus monólogos. Este inquietante músico no habla mucho pero es como un alma vital para el grupo. Dijo que “a los ritmos afro, al igual que al son, los acomodo a la canción que toco y busco que las tumbadoras hablen por sí solas”.

*Santiago Masetti, especial desde La Habana, Cuba. Para Agencia Periodística del Mercosur (www.prensamercosur.com.ar)

No hay comentarios:

Publicar un comentario